El secreto mejor guardado para pedir ayuda es que es mucho más beneficioso que perjudicial. Muchas veces, especialmente en el lugar de trabajo, las personas parecen sentir que pedir ayuda es malo. Las personas sienten que se convierten en una carga o terminan pareciendo estúpidas. Lo que es importante darse cuenta es que cuando trabajas con otros para lograr un objetivo común, deben saber dónde careces de experiencia. En otras palabras, si no pide ayuda, no solo perderá tiempo chupando en lo que está haciendo, sino que corre el riesgo de que se le asignen las mismas tareas y, como resultado, intente completarlas con el mismo nivel de incertidumbre. Luego, si finalmente decide que es el momento de pedir ayuda, tendrá muchos más problemas porque antes estuvo “completando” el mismo trabajo sin el conocimiento básico con el que parece necesitar asistencia.
Conclusión: si necesitas ayuda, pídelo de inmediato y siempre. (En general) Nada malo puede salir de esto y terminarás siendo más eficiente en lo que sea que estés tratando de hacer.