¡Bien! Para la cuestión del corazón hay que ir de corazón. Si alguien expresa abiertamente su amor y afecto fraternal, tiene que recipricote con los mismos sentimientos. En mi opinión, tal expresión representa la autenticidad de la propia fe.
Los asuntos que pertenecen a la voz interior de alguien, tenemos que ir por sus palabras y apariencias externas, ya que es imposible juzgar o adivinar sobre la autenticidad ya que no tenemos derecho a ser un juez de corazón.
Nuevamente, el afecto entre amigos crece con la misma medida de esfuerzos de ambos lados. Si tu amigo ha expresado sus sentimientos, ahora es tu turno de hacerlo realidad. La comprensión mutua y un enfoque positivo siempre construyen una relación sólida.
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