La situación nos ata y, a veces, nos obliga a tomar decisiones que van en contra de nuestro deseo, así es como empezamos a aprender a ignorar a la persona que nos ama incondicionalmente.
Todos necesitamos amor y cariño, esperamos tener a alguien que nos comprenda, esté con nosotros en cada situación. Apretamos nuestro agarre para no perderlos, porque nos completan. Haríamos (casi) cualquier cosa y todo para asegurarnos de que estamos con ellos. Cada situación viene con un ‘pero’ y lentamente sentimos que nuestro agarre no está demasiado apretado para sostener a la persona con la que queremos pasar nuestra vida. Luego nos quedamos con el espacio hueco dentro de nuestro corazón que nos recuerda la elección que hicimos. Y llega un momento en el que sentimos la necesidad de cambiar nuestro camino, pero es demasiado tarde.
El amor incondicional es dar sin esperar lo mismo a cambio. Vivimos para amar y para ser amados, ¿cómo no podemos esperar amor cuando estamos derramando cada gota de amor que tenemos en nosotros mismos? Se vuelve aún más difícil cuando descubrimos que hay alguien que nos ama incansablemente y no podemos devolver el acto de Amor.
No podemos sentir el sentimiento más puro de la humanidad, simplemente elegimos mantenernos fuertes para que podamos hacernos creer que hemos olvidado lo que perdimos. La vida es difícil, creemos que podemos tener todo lo que deseamos, pero para lograr algo tenemos que pagar un precio.
- ¿Cuándo te diste cuenta de que amabas a tu pareja más de lo que te amaban?
- Cómo averiguar si es amor o atracción.
- Cómo lidiar con que todo sea mejor que yo en lo que amo.
- ¿Alguna vez realmente amas a tu madre después de que ella te lastimó?
- Como amaste
La gente dice que el tiempo cura nuestro dolor, no creo en esa teoría, creo que el tiempo nos hace fuertes para soportar el dolor. El dolor no cesa con el tiempo, empezamos a apretar otras cosas que nos mantienen ocupados.
El amor incondicional no es ignorable y las personas malditas tienen que soportar el dolor. Seleccionar el camino que nos aleja de nuestra amada es la decisión más difícil que uno toma en su vida. Anhelamos estar con nosotros, ya que sabemos que la presencia nos hace felices, pero para algunas personas no tenemos el poder para lograr lo que deseamos.
Lo único que mantiene en marcha el corazón roto son los recuerdos. Sí, los momentos que pasamos con ellos, la felicidad que ganamos cuando están cerca. La vida puede hacernos tomar el camino difícil, nos puede obligar a elegir exactamente lo contrario que queremos, pero nada en este mundo puede impedirnos que vivamos en nuestro camino de la memoria. El carril que nos puede dar consuelo incluso cuando estamos en quiebra.