Bájate. No te vuelvas más grande que nadie. Sea igual a ellos, o bájese a su pobreza, su soledad, su tristeza, su felicidad, su angustia, su estrés, etc. Conviértase en lo que tenga que ser para ser útil, altruista, generoso, pero siempre sin hipocresía. Crecerá hasta la madurez, cuando sea capaz de condescender ante cualquier circunstancia que surja. Eso es poder siendo usado de una manera benigna.
Te fortalece y aumenta la autoestima de las personas que tienen una necesidad genuina.