La respuesta del cuerpo y la mente a la presión que interrumpe su equilibrio normal, el estrés se produce cuando las personas no pueden controlar sus reacciones a sus experiencias. Cuando una reacción se expresa como resistencia, tensión, tensión o frustración, el equilibrio de la persona se distorsiona, un desequilibrio que es la fuente de muchos problemas de salud.
- El miedo y la ansiedad disminuyen significativamente el flujo de sangre a través del hígado. Durante el estrés, las células asesinas naturales se expanden en el hígado, lo que puede contribuir a la muerte de las células hepáticas y al empeoramiento de la enfermedad hepática.
- En la parte del cerebro que controla el hígado, el estrés parece afectar el flujo sanguíneo y puede provocar o desencadenar daño hepático.
- El estrés puede afectar directamente el proceso inflamatorio que tiene lugar en el hígado. En las personas con enfermedad hepática crónica, la inflamación es el comienzo de una serie de eventos que causan daño hepático.