Sus opciones son muchas, pero algunas incluyen lo siguiente:
- ¡Abandonarlo! Si te intimida ahora, imagina cómo sería cuando se case contigo, si se casa contigo, eso es.
- ¿Evaluar por qué te intimida? ¿Sabe que lo hace y es deliberado? ¿Has hablado con él sobre eso? ¿Reconoce que lo hace y se disculpa? ¿Te ha pedido que le digas cuándo te sientes así para que pueda modificar su comportamiento?
- Si le has hablado al respecto y él sigue tratándote igual y, por lo tanto, te intimida deliberadamente, entonces implementa la opción 1.
- Si ha hablado con él y él está dispuesto a enmendar su comportamiento, entonces puede ser un guardián.
- PERO, deberías enmendar tu propio sentido del yo y descubrir por qué te intimida. En ese caso, no te dejes impactar así. Recuerde que al final del día, todo lo que posee es su autoestima y dignidad; No permitas que nadie te lo quite. ¡Si das de esa manera, has entregado tu alma!