Tu espacio físico personal es tuyo y solo tuyo. A quien le permitas entrar a ese espacio es a tu discreción. Si el toque de alguien te hace sentir incómodo, avanza y aclara a la persona y no tiene más remedio que aceptar las restricciones que impongas.
Tales cosas deben tomarse en pie o la gente lo da por sentado y lleva a la persona a suponer que no es un problema a menos que se exprese.