Respetando a los demás.
La humildad es una virtud que siempre funciona. Cuando entras en un entorno nuevo con los pies en el suelo y la cabeza apoyada en los hombros (no en algún lugar de las nubes), las personas siempre serán atraídas hacia ti.
Serás una especie de misterio y los demás querrán saber más sobre qué tipo de persona eres. Ser humilde no significa ser menos asertivo o demasiado reservado. Sea de mente abierta, listo para aprender y listo para compartir.
Si hay algún tipo de servicio comunitario o trabajo en equipo de cualquier tipo, entonces dé lo mejor de sí. En lugar de que la gente te sirva todo el tiempo, trata de servir a los demás. No importa lo que hagamos, la naturaleza humana dice que algunas personas nunca nos apreciarán y no se puede hacer nada al respecto.
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Tener algunas personas que te aman y te respetan es mucho mejor que tener una multitud de hipócritas a tu alrededor. No puedes hacer que todos te respeten, pero puedes aprender a ver bien a las peores personas y darles el respeto que merecen. ¡Sólo lo que se merecen!