¿Alguna vez has objetivado a una mujer de la que estabas enamorado?

Oh diablos si Frecuentemente.

He utilizado mujeres de las que estoy enamorado como muebles, como reposapiés. Me he desnudado de las mujeres que he amado, las he atado y las he convertido en decoraciones de la habitación. Me he amordazado con las mujeres de las que estoy enamorado, me he amarrado los brazos, me he puesto una capucha en la cabeza y he dicho: “ahora, deja de retorcerse y quédate quieta mientras me satisfago con tu cuerpo”.

El elemento importante en todo esto es que las mujeres en cuestión lo han aceptado porque creen que la objetificación consensual es candente.