Nuestra capacidad de creer, entender, pensar y vivir de acuerdo con la forma en que Dios lo hace a veces es limitada cuando nos separamos del Espíritu.
El mundo no puede enseñarte a amarte a ti mismo, porque el mundo está demasiado alejado de Dios. Solo Dios puede, porque su naturaleza divina y su valor eterno como su hijo es una verdad espiritual. 1r Corinithians 2:14
Dios y sus verdades no cambian. Pero necesitamos ojos para ver y oídos para escuchar a fin de comprenderlo, tanto en nuestros corazones como en nuestras mentes. El Espíritu Santo es el maestro de todas las cosas espirituales. Realmente no puedes aprender y estar seguro de quién eres y tu valor como hijo de Dios, sin su ayuda. Como dije, el mundo no puede enseñarte eso.
Por experiencia, mis sugerencias son para aumentar su capacidad de comprensión espiritual mediante:
- ¿Qué pasa si no sé lo que amo en mi vida?
- ¿Estoy utilizando correctamente las citas aquí: “Le dije que la amo y ella me dijo: ‘También te amo’ ‘?
- ¿Por qué amo tanto la venganza?
- Perdí mi amor virtual y me siento muy deprimido, ¿qué debo hacer ahora?
- ¿Qué indica el emoji del corazón púrpura al hablar con una chica?
- Haz lo que puedas para invitar al Espíritu Santo a tu vida.
- Ora – realmente, reza Habla con dios Hágale preguntas. Dígale sus sentimientos, sus pensamientos, preocupaciones y alegrías.
- Escriba una pregunta a la vez, ore por la ayuda de Dios y luego comience a leer las Escrituras. Él ha respondido a mis preguntas tantas veces, a veces ha hecho que esperemos más o trabajemos más duro, pero siempre responde. Recomiendo encarecidamente llevar un diario de estudio de las Escrituras, así es como hice conexiones y comencé a saber cuándo el Espíritu Santo estaba hablando a mi corazón.
- El Espíritu Santo a menudo habla a nuestras mentes y nuestros corazones. A veces es como hacer una conexión y “¡oh! ¡Nunca lo entendí así antes!
- Ser persistente Siempre hay más que Él querrá enseñarte. ¡Es por eso que te dio esta vida, para que pudieras aprender, crecer y luego regresar a Él un día!