Me encanta escribir sobre el amor y las relaciones. Es una forma de darles a los hombres la oportunidad de aprender y vivir el amor desde una perspectiva diferente. No ser juez mental es otra buena cualidad que siento que poseo. Pero sobre todo creo que hacer el amor con una mujer todo el día es mi mayor rasgo que poseo. Todos sabemos que hacer el gran amor es un ingrediente importante en todas las relaciones de amor sanas. Hacer el amor es divertido y placentero es bueno para nosotros. Cuando hacemos el amor, se está rindiendo a una forma de energía superior a la que cualquier persona puede experimentar sola. Hacer el amor es que dos personas experimenten su unidad entre sí. Cuando haces el amor, eres mucho mayor que la suma de nuestras partes. Es tanto espiritual como físico. Nunca olvides la fuente espiritual de tu amor. Hacer el amor es una idea divina. Nunca permites que el amor se convierta en la expresión suprema de la ausencia de corazón y alma en nuestras vidas. Debería darnos una enorme oportunidad de ejercer la responsabilidad. Creo que la experiencia sexual se incrementa de manera inconmensurable cuando ambas parejas amorosas se sienten libres de compartir mutuamente sus gustos y disgustos, preocupaciones e inquietudes y honrarse mutuamente por sus elecciones. Es la máxima expresión de la alegría de la vida; de estar juntos. Es una conexión divina. Tu pareja amorosa debe ser el amante consumado. Ella / Él revela abiertamente su sexualidad, libre de inhibiciones. También debes invitar a tu pareja amorosa a que te conozca íntimamente. Hacer el amor el uno con el otro te eleva a un nivel de satisfacción para el que no hay palabras. La forma más alta de placer llega cuando te entregas plenamente con amor, creando un éxtasis místico que permite que ambos se pierdan en el tiempo y el espacio, aunque sea por unos breves momentos.
Por todo el amor que es squandere, estaré allí para pintar la pieza.