Un día, su madre estaba muy enferma y en su lecho de muerte. Ahora, de repente, a Vivekananda le pareció que no había dinero en sus manos y que él no podía proporcionarle la medicina o el alimento necesarios. Fue a Ramakrishna. Le dijo a Ramakrishna: Esta espiritualidad no tiene sentido, ¿dónde me está llevando? Si tuviera un empleo y hubiera hecho las cosas que debía hacer, hoy podría haber cuidado de mi madre, la medicina, etc.
Ramakrishna dijo: “¿Necesita tu madre medicamentos y comida? ¿Por qué no vas y le pides a la Madre (Kali) lo que quieres? Vivekananda entró en el santuario.
Después de aproximadamente una hora, salió y Ramakrishna preguntó: “¿Le pediste a la Madre comida, dinero y cualquier otra cosa que tu madre necesite?”
Vivekananda respondió: “No, lo olvidé”.
- Mi compañero se va cada fin de semana para ir a casa de sus padres. ¿Debo respetarlo?
- Mi prometido es demasiado hablador. ¿Cómo puedo tratar con ella?
- ¿Qué significa que cuando un hombre dice que no se rinda de mí?
- ¿Debo hablar con la persona que rompió mi confianza?
- Mi novio me hace esperar mucho. Estamos en una relación de larga distancia. ¿Cómo le hago comprender mi importancia?
Ramakrishna dijo: “Vuelve dentro y pregunta”.
Vivekananda entró de nuevo en el santuario y regresó después de cuatro horas. Ramakrishna le preguntó: “¿Le preguntaste a la madre?”
Vivekananda dijo: “No, lo olvidé”.
Ramakrishna dijo de nuevo. “Vuelve a entrar y esta vez, no olvides preguntar”.
Vivekananda entró y después de casi ocho horas, salió. Ramakrishna nuevamente le preguntó: “¿Le preguntaste a la Madre?”
Vivekananda dijo: “No, no voy a preguntar. No tengo necesidad de preguntar.
Ramakrishna respondió: “Eso es bueno. Si hubieras pedido algo en el santuario hoy, este habría sido el último día entre tú y yo. No habría vuelto a ver tu cara nunca más, porque un tonto que pregunta no sabe de qué se trata la vida. Un tonto que pregunta no ha entendido los fundamentos de la vida “.
Este incidente tuvo una influencia más profunda en la vida de Vivekananda.