¿Sería la gente más expresiva si nadie en la tierra pudiera hablar?

No, todo lo contrario. Un ejemplo perfecto de eso es la conversación casi robótica con alguien “enviando mensajes de texto” en lugar de tener una conversación real. Se pierde mucha expresión al leer algo de un texto en lugar de escucharlo desde una voz, rico en el tipo de emoción que simplemente no puede obtener con un “emoticon”.