¿Alguna vez has jurado que viste una expresión de dolor o traición en la cara de tu gato?

Yo si. Tenía alrededor de 2 gatos que había visto crecer, y un día tuve un tratamiento fresco lo suficientemente pequeño para un solo gato. Estos gatos estaban uno al lado del otro, y se lo di a un gato y no al otro. El que no recibió el premio me miró con una expresión triste, herida y triste en su rostro que al instante me arrepentí. Cada parte de su lenguaje corporal decía que estaba herido. Su cabeza colgaba hacia abajo. Pareció caer al suelo. No sabía que los gatos eran tan sensibles en ese momento de mi vida, pero eso me enseñó que los gatitos que había amado de niña eran seres mucho más complicados, y lo he tenido en cuenta hasta este día.

No creo que todos sean tan sensibles, pero los trato a todos como si lo fueran porque no quiero ver otra cara triste que me mire de nuevo.