Los rechazos duelen y chupan. Por otro lado, estar con alguien que está mal emparejado puede ser aún más doloroso, y estar casado con esa persona puede ser una pesadilla, y difícil, y también costoso de disolver.
He experimentado todo esto. Volverse amargo no es necesario. Obtener asesoramiento, si es necesario.
Haz de tu objetivo no castigar a los próximos cuatro los pecados del último. ¡Perdonar! Déjalo ir.