Este es el mejor momento para que una persona reconozca y enfrente sus debilidades, lo que les hace sentirse inseguros o indignos de la grandeza de la otra persona, y miedo de perderlos y herirlos. Identificarlos y desarrollar un plan de mejora y comunicarse con la otra persona como tal es lo responsable y considerado.
No podemos dejar que nuestros temores de lidiar con nuestras debilidades sean un dolor para los demás.