La idea de Freud del inconsciente influye en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
La medicina, las leyes, los negocios y la ética incluyen esta idea de que no dominamos nuestros pensamientos, palabras, decisiones y acciones.
Por supuesto esto es 100% correcto.
Ahora la principal influencia oculta, de lejos, proviene de nuestro propio cuerpo.
Como mamíferos sentimos emociones, usamos palabras y pensamientos para crear comprensión y, a veces, transformamos esas emociones en sentimientos.
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La influencia y las modificaciones son permanentes, desde la digestión hasta los viejos enojos, desde los temores ocultos hasta los ataques, nuestros pensamientos siempre están bajo una profunda influencia.
Por esta razón, no puedes confiar en los pensamientos y emociones para la toma de decisiones.
Las emociones son como caballos, no las controlas. Solo puedes aprender a dominarlos para que puedas conducir tu vida en la dirección que desees.
Solo los sentimientos te permiten domar tus emociones y pensamientos, a largo plazo.
El lugar para la expresión de este libre albedrío es bastante pequeño, una especie de milagro diario.