Tuve un amigo querido que también era heterosexual y disfrutaba de la compañía de hombres gay. Uno de ellos era un cliente importante de su firma y un día, durante una función, este amigo se movió hacia él. Lo manejó con gran aplomo. Miró a este hombre directamente a los ojos, lo agarró por el hombro y dijo: “Lo siento, amigo. Soy heterosexual, pero si no lo fuera, TÚ serías tú”. El amigo gay se echó a reír y desde entonces se sintió cómodo en la zona de amigos y se convirtió en un cliente aún más grande.
Relájate y si sale, manéjalo directamente y con humor. El mayor problema ocurre cuando las líneas están borrosas. Si te conocen, sabrán quién eres. 🙂