¿Por qué nos proyectamos sobre los demás?

Es porque no podemos leer las mentes, experimentar las emociones o llevar con nosotros los recuerdos y la historia de otras personas. Nuestro único motivo para comprender a otros es a través de la experiencia compartida y la escucha. La proyección es un hecho de la vida. Ocurre en grados. Cuando seamos capaces de escuchar profundamente, nuestras proyecciones serán más precisas. Cuando tenemos una mentalidad cerrada y percibimos a los demás como obstáculos a nuestras preferencias, nuestras proyecciones a menudo están nubladas e imprecisas, lo que lleva a un conflicto.

Nos proyectamos en los demás porque estamos condicionados a mirar hacia afuera en lugar de mirar hacia adentro. La práctica de la meditación nos entrena a mirar hacia adentro, sin tal práctica y sin conocer nuestro mundo interior, simplemente siempre ponemos nuestra atención en el mundo. Entonces vemos a las personas como somos porque así es como funciona la conciencia. Nuestra mente no es más que un espejo. Observar en el mundo se puede ver sin una toma de conciencia haciendo la observación. Esto se conoce como el efecto observador en la teoría cuántica. Se estipula que las partículas fundamentales están vacías de existencia inherente y existen en un estado indefinido de potencialidades. No tienen una existencia inherente por su propio lado y no se vuelven “reales” hasta que una mente interactúa con ellos y les da sentido. Cuando y donde no hay mente, no hay significado ni realidad.

Porque no hay otros.

Debido a que somos criaturas sociales por naturaleza y aún en el fondo como monos, solo tenemos cultura, obras de arte, avances en tecnología, los muchos idiomas del mundo y por esa lógica somos un subproducto de la tierra que es producto del big bang .

Porque es mucho más fácil que mirarnos a nosotros mismos.

Porque todo lo que percibimos es una interpretación proyectada que surge dentro de la propia conciencia.