¡Sorpréndelo! Llévelo con regalos esporádicamente para que se sienta amado y mimado en pedazos. Las flores son siempre una buena idea, por así decirlo. O un paquete de cuidado, con una camisa con su aroma, un peluche o velas de aromaterapia o paquetes de té para aliviar el estrés (si es un estudiante) con mensajes personalizados. O incluso pueden ser regalos como relojes, zapatillas o perfumes, si te apetece derrochar. Si te sientes destrozado, siempre puedes convertirlo en una lista de reproducción personalizada en YouTube. Si tiene una máquina de fax, puede sacar tarjetas electrónicas y enviarlas para que se sorprenda gratamente al regresar a la oficina.
Dado que no se ven a menudo, permítale sentir su presencia a través de todos estos gestos y se verá envuelto en encantamientos por la magia de la espontaneidad y el amor.