¿Qué pasaría si alguien insistiera en dirigirse al juez como “su santidad” o “su alteza” en lugar de “su honor”?

En los Estados Unidos, los jueces no son “santos” en ningún sentido de la palabra; alguien que insista en referirse a un juez como “su santidad” sería advertido varias veces, luego se lo encontraría en desacato y sería multado o encarcelado, dependiendo de si continuaban haciéndolo.