La respuesta se encuentra en la pregunta, “lo que no puedo cambiar”, nunca gastaré mi tiempo y mi energía en algo que no pueda cambiar.
Cuando ves un gran tráfico desde lejos, ¿qué haces?
¿Entra en ese tráfico y trata de trabajar como policía de tráfico y despeja el tráfico o, por el contrario, toma otra carretera que está menos concurrida? La mayoría de nosotros ahorrará tiempo y energía al tomar otro camino. Nuestro beneficio radica en ese cambio.
Ver los cambios son para bien, puede ser en el inicio no lo sentimos pero con el tiempo nos daremos cuenta de que el cambio valió la pena tener. Esta es la ley universal que encontré. Ahora, cómo dejar ir lo que no puedes cambiar …
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Primero acepta que no puedes cambiar el hecho. Luego acepta lo que tienes nuevo, aprecialo y continúa confiando en esa energía positiva. Mantente ocupado. No sigas pensando en lo mismo una y otra vez. Déjalo ir. Siente que no está hecho para ti y confía en mí, nada bueno desaparece.
Así que confía en la vida y el plan de Dios para ti.
Abrazar el cambio, trae oportunidades.