No creo que esto tenga nada que ver con estándares más bajos o menos.
La razón de este fenómeno son los diferentes estilos de comunicación en los que suelen participar los hombres y las mujeres. Las mujeres tienden a comunicarse de manera menos directa y a asumir que otras hacen lo mismo.
El ejemplo clásico de esto es “Estoy bien”, que significa “Por favor, profundiza y hazme sentir que te importa mucho cómo me siento, no te estoy diciendo lo que está pasando para que pueda sentirme visto”.
Cuando una mujer se acerca románticamente a un hombre, y él dice que no está interesada, la mujer puede dejar claro que sus sentimientos no evitarán que la amistad permanezca intacta, y el hombre generalmente lo creerá.
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A la inversa, la mujer generalmente asumirá que el hombre no está diciendo lo que quiere decir. De hecho, cuanto más claramente declara que no será un problema, más lo verá como una confirmación de que es un problema.
Los hombres tienden a hablar e interpretar en términos de hechos. Si dice “Estoy bien”, probablemente esté bien, o al menos quiere que lo dejen solo.
Las mujeres tienden a hablar e interpretar en función del contexto emocional. El propósito de decir algo rara vez es solo para comunicar un hecho, pero se trata de hacer que el otro entienda sus sentimientos sin correr el riesgo de una reacción violenta diciendo las cosas con claridad.
Puedes ver lo mismo en la dinámica tradicional de citas también. Es el hombre que se “supone” para pedirle a la mujer que salga. Se espera que la mujer envíe “señales” crípticas e intencionalmente ambiguas para que no corra el riesgo de ser rechazada.