Sí. La intensidad es uno de los nueve rasgos temperamentales, considerados como nuestros estilos de comportamiento heredados y se mantienen estables a lo largo de nuestras vidas.
Las personas intensas pueden experimentar emociones a una profundidad rara vez alcanzada por otros, ya sea interna o externamente. A menudo buscan una conexión más profunda con las personas y el entorno, logran mayor satisfacción y alegría, y tienen más dificultades para recuperarse de las emociones negativas.