No creo que sea una cuestión de estigmatización adicional, sino llamar la atención sobre las consecuencias dispares que conlleva. A ellos les parece que los hombres imponen penas severas, como prisión, multas y membresía de por vida en los registros de delincuentes sexuales, mientras que las mujeres en la misma situación reciben bofetadas en la muñeca y las sentencias de servicio comunitario.
La depredación de los menores es igualmente mala, sin importar el sexo del agresor o la víctima. Se espera que los crímenes igualmente malos resulten en un castigo igualmente severo.