En mi humilde opinión, el jurado está fuera. Como ciclista, realmente no sé qué temer más: una mujer en SUV con un par de niños pequeños que no miran la carretera, o un hombre manejando una pista de pick-up o un auto deportivo, o una “Monstruosidad de Maibatsu” enfurecida con mi presencia frente a su ego acelerado.
Siendo padre, estoy más dispuesto a perdonar a las madres que a los imbéciles.