Mientras estaba en el frente de la clase con 200 estudiantes mirando mi alma, mis piernas se sentían débiles y empecé a sudar.
Comencé a preguntarme: “¿Por qué diablos dije que sí? ¡Esta es la cosa más estúpida que he hecho!
(desde mi Instagram )
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Tres semanas antes, mi amigo y fundador de MashBall, Todd, me invitó a unirme a él para dar una charla frente a 200 estudiantes universitarios sobre negocios y mercadotecnia.
Mi reacción instintiva fue decir “¡Demonios, no!” Y rechazar la invitación, hasta que me di cuenta de que era una gran oportunidad para esforzarme.
Empezamos a prepararnos con un par de semanas de antelación, pero el tiempo pasó volando.
Entonces, fue el día de la presentación.
Habíamos volado esa mañana y estábamos llegando a la universidad.
Durante la mayor parte del día, no estaba muy nerviosa.
La presentación real parecía lo suficientemente alejada que mis nervios nunca me alcanzaron … hasta que entramos en el auditorio.
En el exterior, parecíamos profesionales y confiados, con Todd con su abrigo deportivo y yo con uno de mis mejores suéteres.
Pero con cada estudiante que ingresaba al auditorio, sentí que un poco de mi confianza se escapaba por la puerta detrás de ellos.
Los estudiantes seguían amontonándose en la sala sin un final a la vista.
No sabía cómo se sentía Todd, pero empecé a perder la calma.
Mi mente comenzó a correr y sentí que mi ritmo cardíaco subía. Traté de controlarme, pero el hecho de que me di cuenta de que me estaba poniendo nervioso lo empeoró aún más.
Intenté revisar mis notas una vez más, pero me temblaban las manos.
Con solo un par de momentos antes de nuestra presentación, necesitaba encontrar una manera de recuperar la calma.
Afortunadamente, me acordé de dos cosas.
1. separar
La primera fue una lección que aprendí del libro Extreme Ownership de los antiguos Navy Seals Jocko Willink y Leif Babin.
En el libro, hablan de un principio llamado “desapego”.
El desapego es donde sacas tus emociones de la situación inmediata y lo ves todo desde un punto de vista de tercera persona.
En lugar de estar inmerso en tus emociones, te alejas y te miras a ti mismo y a la tarea desde la perspectiva de un pájaro.
De esta manera, obtienes una visión más clara y realista del desafío en lugar de perderte en la niebla del momento.
Cuando recordé este principio, me tomé un momento para separarme de la situación.
En mi mente, me alejé de mi cuerpo y de la habitación.
Lo que vi me calmó.
Todo lo que estábamos haciendo era dar una charla. Eso es.
Si hicimos un mal trabajo, no hubo graves consecuencias. Podemos sentirnos avergonzados, pero no había peligro real.
Lo peor que pudo pasar fue que nos fuéramos y nunca volviéramos a ver a estas personas.
Me di cuenta de que las emociones que sentía no se correlacionaban con la situación.
A pesar de que mi adrenalina estaba bombeando, no había ningún peligro real en absoluto.
Entonces, también me di cuenta de que estos estudiantes querían estar aquí. Este fue un evento fuera de su clase normal, lo que significó que eligieron asistir.
Al final del día, querían que tuviéramos éxito también. Ellos no estaban aquí para vernos fallar, fueron escuchados para aprender de nosotros.
Sentí que mi ritmo cardíaco disminuía un poco.
La capacidad de separar y poner la situación en perspectiva me ayudó a recuperar mi enfoque y control.
2. RESPIRACION RITMO
Una vez que recuperé mi compostura, utilicé mi segunda estrategia, la respiración rítmica.
Recientemente había visto un fascinante Ted Talk por el Dr. Alan Watkins, un experto en desempeño humano, donde nos enseñó una lección muy importante.
El Dr. Watkins enseñó que cuando estás en una situación estresante, necesitas algo que puedas controlar para ayudarte a recuperar la calma.
Lo que sugirió fue tu aliento.
Su consejo no fue “tomar un par de respiraciones profundas” como todos dicen, sino respirar rítmicamente.
Esto significa tomar el mismo ritmo de respiración lento y suave durante un período de tiempo.
Un ejemplo es un ritmo de respiración de 5–5–5 en el que inhala durante 5 segundos, exhala durante 5 segundos, mantiene sus pulmones vacíos durante 5 segundos y luego comienza suavemente la siguiente inhalación.
Al repetir esta respiración rítmica durante un par de minutos, te das algo que controlar en la situación que a su vez te ayuda a calmarte.
Momentos antes de comenzar la presentación, comencé mi respiración rítmica.
Para 5, para 5, para 5. Para 5, para 5, para 5.
Mientras el profesor discutía con la clase el tema de nuestra presentación y daba a Todd y a mí nuestras presentaciones, mantuve este aliento.
En para 5, en 5, mantenga en 5.
Mi ritmo cardíaco comenzó a volver a la normalidad.
Luego, el profesor se volvió y le dio a Todd el micrófono para que empezara.
Antes de hablar, Todd me miró una última vez para ver cómo estaba.
Lo miré y asentí con la cabeza.
Sabía lo que eso significaba …
“¡Hagámoslo!”