En mi historia aproximada de veinticinco años de besar a chicas, debo decir que tus pensamientos pasan por un estado evolutivo natural.
- Primeros días: ¿estoy haciendo esto bien, a ella le gusta, sabe bien?
- Relación seria – me gusta esto? Eso es muy agradable. Besarla me hace feliz.
- Matrimonio – cualquier cosa bajo el sol.
En el libro de Robert Heinlein, Stranger in a Strange Land, hay un tipo llamado Mike que fue criado en Marte por marcianos. Él regresa a la Tierra, tiene que ser educado en formas humanas, y un día un grupo de mujeres deciden enseñarle a besar. Esto es lo que uno de ellos dijo sobre la experiencia.
“Me han besado hombres que hicieron un muy buen trabajo. Pero no les dan a besar toda su atención. Ellos no pueden No importa lo duro que intenten, partes de sus mentes están en otra cosa. Perder el último autobús, o sus posibilidades de hacer la niña, o sus propias técnicas para besarse, o quizás preocuparse por los trabajos o el dinero, o el esposo o papá o los vecinos se darán cuenta. Mike no tiene técnica. . . Pero cuando Mike te besa no está haciendo nada más. Eres todo su universo. . . y el momento es eterno porque no tiene ningún plan y no va a ninguna parte. Solo besándote “.