Porque es verdad.
Eventualmente, debido a una elección o circunstancia, las personas en nuestras vidas son cambiadas como si fueran piezas en un escenario.
Johnny Cash lo dijo mejor:
“Todos los que conozco se van al final”.
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Los miembros de la familia pueden envejecer y fallecer. Pueden enfermarse. Los padres pueden separarse y alejarse unos de otros.
Los amigos pueden pelearse. Las amistades pueden ser olvidadas. Las relaciones pueden disolverse.
Demonios, tu mejor amigo de más de 20 años puede sufrir un accidente automovilístico mañana, y ni siquiera lo verás venir.
Si hay algo que no está garantizado en la vida, es la longevidad de las relaciones.
Obviamente esto es deprimente. Alentaría a las personas a aceptar esta realidad, pero no a mantenerla a la vanguardia de su pensamiento.
Más bien, debe usarlo como un recordatorio para tratar siempre a quienes le rodean con el mayor respeto y el más sincero amor. Sé lento para enojarte y rápido para tener piedad. Sé compasivo y paciente. Con suerte, ellos devolverán el amor con amor, y ambos estarán mejor por ello.
Aprecia a las personas que valen la pena en tu vida.
“Jehová da, y Jehová quita”. (Job 1:21)