La mejor práctica es reconsiderar. Sexting es ciertamente divertido, pero potencialmente peligroso. El riesgo es que de alguna manera este gesto alegre, una foto desnuda, termine en Internet, se transmita sin su conocimiento e incluso se utilice como venganza porno. Un futuro empleador o socio posiblemente tendría acceso.
Es un riesgo muy alto.