Créanme que es la cosa más difícil que ha pasado alguien para salir de esta situación.
No es fácil olvidar que te persigue de vez en cuando, la misma conversación que las mismas imágenes lo expresa todo. Una semana transcurre como un año, todo parece detenerse y lo mejor que te emociona es que ni siquiera cambias un poco. Tenemos ganas de gritar y llorar y matar a todos. La cantidad de negatividad en nuestro cerebro alcanza el máximo y empezamos a hacer SH (Self Harm) para llorar por algo o incluso para obtener la peor experiencia. Comenzamos a cortarnos a nosotros mismos para ver si eso duele más que este estrés, hacemos todo lo posible por frustrarnos y nuestro comportamiento comienza a cambiar. Comenzamos a tener problemas de insomnio y comenzamos a beber o fumar porque necesitamos desviar nuestra mente de tal situación. Incluso comenzamos a escuchar canciones tristes y vemos todo de manera diferente y negativa. Comienzan a odiar el sexo opuesto si un niño es engañado, él deja de hablar con todas las niñas y si una niña es engañada, ella deja de hablar con todos los niños.