El otoño pasado, un amigo mío me trajo su computadora portátil para ver si podía arreglarla (después de que él la había dañado seriamente). Le dije que estaba totalizado, pero él insistió en que hiciera todo lo posible para revivirlo, y yo, siendo un idiota, subí las escaleras hacia donde estaba el único monitor con entrada VGA. Me estaba recuperando de un tobillo roto, que había requerido una placa y tornillos, y solo tres días antes me habían dicho que podía ponerle peso … con cuidado. Ese fue un gran error. Al hacerlo, rompí el hardware y, al tener daño en los nervios, no me dolió, así que no tuve ni idea durante casi toda la semana. Para cuando me di cuenta de que algo estaba mal y fui a la sala de emergencias, tuve que ser hospitalizada para someterme a una cirugía para extraer el hardware y reparar el daño, y luego para recuperarme. Estaba gravemente infectada, y tuve que aplicar antibióticos en mis venas de forma continua durante tres meses y esperar varios meses más para que finalmente se curara.
He aprendido de ese error. Nadie volverá a tener éxito en presionarme así otra vez.