¿En qué día piensas cuando escuchas la letra “Bueno, no quiero sentir como lo hice ese día”?

Hasta hace poco escuchaba esas letras y al instante parecía revivir todo el día en que descubrí a mi muy buen amigo, se colgó de las vigas del techo del sótano con una cuerda pesada. El primer hombre al que realmente amaba por su amabilidad, su belleza de alma, su capacidad para hacer que alguien que se siente deprimido se sienta como el humano más asombroso, era divertido y cariñoso y solo quería que todos se amaran a otros y que fueran felices. Era un hombre del que estaba enamorado pero nunca se lo dije porque temía que eso causara una incomodidad que me llevaría a la distancia y ya sabía si él podría haberme amado o no, que estar con él no iba a suceder, al menos no entonces. Escucho estas palabras y vuelvo al día en que descubrí que se había ido. Cada segundo de ese día está grabado en mi memoria, incluso las horas que pasé manejando sin tener a dónde ir en una bruma completa, casi como imagino que podría ser un shock, con otros 5 amigos que también estaban cerca de él. Debería haberle dicho cómo me sentía y cómo nunca tuvo que tratar de estar a la altura de ninguna norma o impresión que él o nadie más debiera, porque siempre iba a ser lo suficientemente bueno, nunca un error o un mal juicio serían lo suficientemente grandes como para cambiar eso. hecho. Era un hombre que hizo que el mundo a su alrededor mejorara porque simplemente estaba allí o él también te quería feliz. 8 años más tarde n lo extraño más que nunca, pero sé que siempre está a mi lado en mi corazón y puedo oírme susurrar que lo amo ahora

El día que tuve pruebas de que mi marido me estaba engañando.