En realidad, me sucedió hace dos años. Pero todos pensaron que debía ser mi mal. En ese momento, sé en qué dilema aspiré, no puedo hacer ninguna explicación ni esfuerzo.
Sin embargo, lo que quiero decir es hacer que tu pesadilla valga la pena. Aprende de ello y mejora tu mismo. Los dolores se curarán un día y, además, nunca le darás a esas personas hipócritas una segunda oportunidad para arrastrarte peor.