¿Cómo es que te paguen mucho haciendo un trabajo que amas profundamente o en el que realmente crees?

Es realmente increíble, y tengo suerte de que alguien en la universidad me haya señalado lo que debería haber sido obvio.

Mi segundo año tomé una clase de programación. ¡La programación fue muy divertida! Sé que la mayoría de ustedes está poniendo los ojos en blanco, pero para mí esto fue cierto. Recuerdo que se suponía que una tarea era realmente simple, tal vez 20 líneas de código. Pasé la semana agregando funciones, probando cosas diferentes, escribiendo cientos de líneas de código … Me estaba demorando en el trabajo para otras clases para poder seguir expandiendo este programa.

En ese momento, un amigo dijo “amigo, deberías considerar cambiar de carrera”. Caramba, ¿crees? Y sin embargo, el pensamiento no había cruzado mi mente.

Fui programador durante muchos años, y ahora los manejo. He disfrutado esos años como he disfrutado ese proyecto. Es divertido, es satisfactorio, resuelve todo tipo de problemas interesantes. Nunca una vez, no en más de 20 años de trabajo, dije: “Realmente no quiero ir a trabajar hoy”.

Y eso me hace una persona feliz. Mi novia a veces bromea diciendo que quiere vivir en mi cabeza porque es un lugar maravilloso allí. Bueno, es maravilloso. Amo mi carrera, amo mi vida familiar (cuatro hijos) y la amo a ella. Cuando tienes todos los biggies cubiertos, las pequeñas cosas tienden a deslizarse fuera de ti.

Y para terminar de responder a la pregunta, paga bastante bien. No me va a convertir en un millonario, pero llevo una vida muy agradable en cuanto al material. Gracias al cielo, mi amigo me señaló lo obvio.

Te sientes satisfecho y feliz. Después de 3 años en Af conseguí mi trabajo ideal como ingeniero de vuelo. Me encantó este trabajo. Me encantaron los cálculos matemáticos que tenía que hacer, las inspecciones, hablar en la radio, leer listas de verificación, revisar medidores durante el vuelo, volar, viajar, conocer gente nueva, ver diferentes paisajes y culturas.

Entonces conseguí una cantidad decente de dinero después de volar. Por primera vez en mis 21 años de vida me sentí cómodo. Sentí que ya no tenía que preocuparme más por el dinero. Me sentí digna y feliz de poder comprarme un bonito alfit o maquillaje que quisiera. El problema era que estaba con un embajador ruso y él me robó todo mi dinero.