Cada vez que abres la boca, tienes la oportunidad de decir algo que molestará a alguien. Es un hecho. Lo que pasa con los hechos es que no puedes cambiarlos.
Lo que puedes cambiar es tu actitud.
En primer lugar, debe reconocer que las personas pueden enojarse con sus palabras en dos situaciones:
1. Dices algo que realmente los ofende.
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2. Les dices la verdad.
Ahora. El primer caso es algo que puede y probablemente debería (como todo ser humano) trabajar. Piense en todas las veces que se ofendió, le dará muchas ideas sobre cómo interactuar de manera más eficiente.
La experiencia es crucial. Cuanto más social eres, más inteligente te vuelves en el tema de las relaciones humanas. Fracasarás muchas veces, pero todos lo hacemos. Cometer errores es parte de aprender y mejorar sus habilidades interpersonales. Si haces daño a alguien en el camino, admítelo, discúlpate de verdad y tómalo como una lección.
El segundo caso es el asunto de elección. La mayoría de las personas evita las confrontaciones en la vida real, por lo que incluso cuando tienen ganas de expresar su opinión relevante, se abstienen de hacerlo. Puede hacerlo también y, como resultado, disminuir la posibilidad de molestar a alguien. Solo ten en cuenta que te alejará de ser sincero, honesto y real. Además, a la larga, no está ayudando a nadie diciéndoles lo que quieren escuchar.