Fue grosero con una chica que estaba distribuyendo panfletos a los transeúntes
Sí, vemos esto muy a menudo. Ya sea en centros comerciales o senderos, o puede estar frente a escuelas y universidades donde las personas o quizás los estudiantes distribuyen folletos sobre un tema en particular.
Estaba en las calles de Calcuta, donde iba a visitar a un médico cuando esta chica se me acercó de una manera muy dulce y me pidió que le dedicara 2 minutos y al mismo tiempo me entregaba un pedazo de papel con información sobre eso.
Realmente no sé lo que me pasó, simplemente me volví tan arrogante y feroz que le grité diciendo “abhi time nai hai” – “No tengo tiempo ahora”, cuando todo lo que tenía que hacer era visitar un Doc para la que llegué una hora antes. Poco me di cuenta de que la niña en realidad estaba tratando de explicar algo sobre la educación de las niñas y alguna campaña, que estaban organizando como una moción para apoyarla.
- ¿Qué dices en los silencios incómodos?
- ¿Cómo puede un introvertido dejar de ser socialmente torpe?
- ¿Cuáles son las cualidades que una chica ve antes de hablar con un chico?
- ¿Por qué la gente piensa que pueden dañarme una y otra vez?
- ¿Puedo obtener una persona que pueda responderme de inmediato?
Como un ser despiadado en ese momento, le pedí que se detuviera y le estaba devolviendo el papel que me había entregado, a lo que ella respondió cortésmente “ese documento es para que lo lea”. Con toda esta severa actitud, salí casi aplastando el papel que tenía en la mano.
Bueno, ser un observador silencioso de todo esto, mi compañero me hizo darme cuenta de lo horrible que era mi comportamiento para esa pobre niña que en realidad representaba a la gente común. Comenzó a darme una conferencia sobre cómo les pasan las cosas buenas a las personas buenas y que mi comportamiento no me llevaría a ninguna parte. Al principio, en desacuerdo, lo pensé cuando estaba sentado en los pasillos del hospital sin nada que hacer.
Lo que hice fue MALO. No solo malo, con mi actitud despreciable hacia esa pequeña niña, incluso el infierno no tendrá lugar para mí. Sintiéndome muy apenado por lo que hice, insistí en volver por el mismo camino del hospital, donde vi a la niña de nuevo en medio del calor abrasador tratando de encontrar audiencia. Mi alma experimentó una sensación de alivio cuando le pedí disculpas por mi comportamiento y le entregué leche láctea y una botella de Fanta que compré cuando regresaba del hospital. También le hice una pequeña donación para la campaña y le transmití mis deseos a ella y al equipo que estaba detrás.
Todavía me siento patético pensando en ello y me he prometido a mí misma nunca más volver a ser tan rara, ya sea alguien con buenas intenciones. 🙂 Paz