¿Serías capaz de aceptar genuinamente a los demás como son?

Es posible que haya escuchado un análisis de la acción personal llamado “círculo de control”.

  • Dentro del círculo de control están aquellas cosas para las cuales puedes determinar el resultado.
  • Alrededor de eso hay un círculo más grande de esas cosas en las que puedes influir, pero no controlar: la influencia del círculo.
  • Y más allá de eso están aquellas cosas que no puedes influenciar ni controlar.

Esta forma de pensar acerca de sus acciones reconoce que somos seres limitados, limitados, sin superpoderes, y hay límites a lo que podemos y podemos hacer.

Estos círculos se aplican no solo a las cosas “allá afuera”, sino a su propia psicología y capacidades.

También se aplica al saber. Hay un círculo de cosas que puedo decir con confianza que sé (aunque luego se me puede mostrar que está equivocado). Existe un círculo más amplio de cosas que creo que conozco, pero no estoy seguro. Y más allá de eso, la extensión infinita de cosas de las que no sé nada.

Hay otra buena regla de análisis, que es que uno debe juzgar el comportamiento, pero no la persona. La persona puede estar abierta al cambio, la persona no está definida por el comportamiento que usted considera objetable. Por lo tanto, es más preciso, y justo, juzgar el comportamiento, no la persona.

Vamos a poner estos juntos, y mira tu pregunta:

¿Serías capaz de aceptar genuinamente a los demás como son?

Hay algunos comportamientos que puedo y acepto. Hay algunos comportamientos que creo que podría llegar a aceptar. Y luego hay comportamientos que nunca puedo aceptar: como el del padre que recientemente condenó a 22 años de prisión por violar a su hija lesbiana para “enseñarle” a ser de otra manera.

No puedo saber, en su totalidad, cómo es alguien. Puedo saber algunas cosas sobre ellos. Puedo pensar que conozco a otros.

Somos humanos Somos finitos Tenemos límites. No es posible aceptar todas las conductas, ni conocer a nadie más al 100%.

Lo que puedo hacer (y lo que trato de hacer) es expandir constantemente los círculos de conocimiento y los círculos de aceptación, porque creo que cuanto más sé y acepto, mejor se hace mi propio comportamiento hacia los demás.

Debo decir que, aunque hago todo lo posible para no juzgar, todavía estoy perfeccionando mis habilidades. Acepto a todos por quienes son. Si no me afecta a mí ni a mí, ¿por qué debería sentirme de alguna manera? Todos somos creados iguales. Las personas son como son y si no quiero aceptarlas, no me asocio con ellas, no me gusta ser falsa.

¿Aceptar genuinamente a los demás como son sin siquiera el más mínimo juicio? Por supuesto no. No soy un santo