Tal vez deberías detenerte a pensar profundamente sobre la situación, como si fueras un observador externo desinteresado mirándolo desde afuera hacia adentro.
¿Tienes alguna fantasía de que al hacer ‘todo’ por ella, ella mágicamente se enamorará de ti, dejará a su novio y esa noche, ojalá muy pronto, disfrutarás ese cuerpo súper fino de manera íntima y personal? ¿Es eso lo que está pasando en tu cabeza?
Si concluye y puede aceptar que este escenario existe solo en su mente, hágase la pregunta: “¿Por qué está haciendo todas estas cosas por ella?”
En serio, ¿qué hay para ti?
- ¿Por qué me rechazan los que me parecen interesantes?
- Cómo convencer a alguien de que no me interesa el dinero.
- ¿Debo preguntarle a mi amigo si podemos hacerlo?
- ¿Por qué me vuelvo malo cuando trato de hacer el bien a las niñas?
- ¿Cuál es la mejor manera de evitar a las chicas?
Si, al final, usted concluye que la respuesta a esta pregunta es “absolutamente nada”, me parece que ha llegado el momento de dejar de lado estos pensamientos y tratarla como si fuera a todos sus compañeros de trabajo.
Comida para el pensamiento…