Esta es una de esas situaciones en las que si tiene que preguntar, la respuesta es no.
Hay situaciones en las que podría valer la pena contextualmente preguntarles si necesitan ayuda. Si los ve con dificultades y se ofrece a ayudar a las personas sin discapacidades en la misma situación, pregúnteles si les gustaría recibir ayuda. Utilícelo como puerta de entrada para decir algo como: “Nunca hemos hablado mucho sobre su discapacidad. Me preguntaba qué es y si podría explicarme un poco al respecto”. Luego, siga su ejemplo. Si cierran el tema, tú lo cierras. Si hablan, tú puedes hablar. Recuerde que cuando habla, su trabajo es escuchar, repetir para mostrar comprensión y hacer preguntas.
Siempre recuerda, estás hablando con un amigo. No seas un asno. Esto puede ser difícil de hacer. ¿Ser simpático sin ser condescendiente o condescendiente? Puede ser un reto. Muchas personas se sienten incómodas con las personas con discapacidades, se olvidan de que la persona con discapacidad es un ser humano y, cuando se le da un margen de maniobra, puede olvidar los límites. Así que siempre ten en cuenta que son tus amigos y hacen lo que hacen los buenos amigos.
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