Para empezar, no pienses en ello como una confrontación. La confrontación sugiere un intercambio adverso, como si uno de ustedes cree que el otro ha hecho algo mal. No hay nada de malo en ser bisexual o gay.
Si quieres que tu pareja te hable abiertamente acerca de su sexualidad, no lo consideres como una confrontación. Haga preguntas desde un lugar de interés genuino y acepte la respuesta, sea la que sea.