Hay una cita de Platón que admiro.
“Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir; tontos porque tienen que decir algo”.
-Platón
Me gusta tener algo que decir y filtrar pensamientos que los oyentes no necesitan escuchar. Esto significa que cuando hablo, la gente tiene más inclinación a escuchar y no ignorarme. No todos mis pensamientos son impecables, pero no estoy disminuyendo mi percepción al decir todo lo que pienso.
Descubrí que las personas que hablan sin parar son aburridas, y comienzo a ignorar lo que dicen porque una parte de sus pensamientos no me sirven para nada.
- ¿Qué dices cuando alguien dice que te ves bien hoy?
- ¿Está mal reírse mientras te regañan?
- Si un oficial de policía le pide que busque en su bolso, ¿tiene que decir que sí?
- Cómo conseguir que un compañero de trabajo deje de invitarme a salir
- En su país, si llevan algo pesado, ¿qué grita la gente para que otros se salgan de su camino?
Sin embargo, las interminables conversaciones inteligentes son buenas y conversaría gustosamente con la gente siempre y cuando la conversación no sea unilateral.
Escuchar y hablar es un equilibrio para una conversación.