¿Te tratas como un niño indocil? ¿Te castigas para complacer a los demás?

Ninguno. Si no quiero aprender algo, entro por qué no quiero hacerlo y también si es realmente necesario.

Intento encontrar un buen equilibrio entre lo que me hace feliz y lo que hace felices a los demás. Aunque le doy más peso a lo que hace feliz a mi familia, en última instancia, su felicidad es la suya. Su felicidad no debería depender de mí. Si su felicidad viene a expensas de la mía, hay algo mal en la relación.

Las dos opciones que enumeró son malas. Por alguna razón, has rechazado un montón de mejores. Te harías un gran favor a ti mismo para cuestionar todos los “no se puede” y “no es posible” en tu pensamiento.