He tenido un par de peleas en mi vida.
Ambas veces me hicieron darme cuenta de que cuando otra persona y yo llegamos a un punto muerto, en lugar de articular nuestras diferencias, la persona optó por responder a una pelea.
Me hizo comprender aún más que la persona no es tan madura como me han hecho creer.
En resumen, era hora de otro amigo.