¡Pequeños demonios hermosos!
1) Cuando me siento demasiado estresado como si nada parece ir bien. Me siento con mi hermano, que tiene 13 años y todavía mi hermano pequeño, y al sentarme a su lado me siento relajado y fresco.
Un día me vio sentado con las cejas arrugadas, en mis tanques de lágrimas casi goteando. Y él me preguntó: “¿Qué pasó?” Esa es su inocencia! Parece que creen que siempre hay una solución simple. Contesto poniendo en sonrisa diciendo, ‘Nada. Todo es bueno.’ Y él sonrió, me abrazó y me dijo: “No te preocupes, estoy contigo. Todo se resolverá”. ¡Y solo esto, solo estas pocas palabras de un niño me dieron toda la energía para continuar!
2) Cada vez que veo que los niños se encuentran con un niño nuevo, les toma solo unos segundos intercambiar nombres, decidir el juego al que quieren jugar y ¡ay! ellos son amigos.
3) Oh, la felicidad y la satisfacción de mis primos cuando atacaron mi papelería y vaciaron mi caja. Es lo simple y su sonrisa me contagia y, aunque tendré que volver a comprar papelería, no puedo dejar de sonreír.
4) ¡Jugando con ellos! ¿Sonreír? ¡Su bomba de la risa!
- Cómo pedir perdón a alguien si no quiero lastimar a alguien.
- ¿Quién está mejor equipado para tener éxito en esta era, un individuo emocional y uno directo?
- ¿Cuál es el matón más humillante que has sufrido?
- ¿Por qué sonrío cuando hay un evento triste?
- Siento que me quedé atascado con la música de los 90. Me cuesta apreciar los últimos sonidos. ¿Hay gente por ahí que siente lo mismo?
5) ¡Puedes ser tú mismo con ellos! No hay necesidad de etiquetas primarias y adecuadas, ni tener cuidado de embarrarse y ensuciarse, y bla, bla, mucho.
6) La acción refleja y los nervios se mantienen sólidos. Como nunca sabes qué broma te está esperando justo detrás, delante o en cualquier lugar.
Mi vida se sentiría tan vacía sin estos y muchos otros.
Me mantiene sonriendo, riendo, yendo.