¡Porque la sociedad nos está preparando para que el rechazo sea un pecado!
Aceptación y rechazo son dos palabras positivas. La forma en que se nos presentan son como antónimos. En el sentido del lenguaje, puede que sea correcto, pero en la vida no lo es.
El rechazo es la positividad. Nos ayuda a reunirnos. Abrace nuestros pensamientos y actúe sobre nuestra debilidad y prospere paso a paso. El rechazo nos da una idea justa de que necesitamos mejorarnos a nosotros mismos o a nuestras elecciones.
Nos sentimos insultados porque lo tomamos en nuestro ego. Creemos que nos ha quebrantado. Lo tomamos como una derrota y creemos que es la cosa más horrible, poco sabíamos que es probablemente el mejor a veces.
- ¿Podemos seguir siendo amigos si le digo que quiero dormir con ella?
- ¿Te sientes celoso y triste de saber que tu amigo está teniendo éxito en las cosas en las que quieres tener éxito? ¿Cómo lo afrontas?
- ¿Puede la amistad llevar al amor?
- Me siento bien cuando puntúo mucho más que mi amigo. ¿Por qué?
- ¿Qué haces para no sentirte pequeño después de ver a tus amigos tener una vida mejor que tú?
Y si sientes o tienes algún sentimiento de venganza, ese es un signo de inmadurez con el que te has rodeado. La venganza es para los inmaduros, los maduros aceptan y dejan que las cosas caigan en su lugar por sí mismas.
Disfrute de este sentimiento de rechazo, como si estuviera disfrutando de la aceptación, porque descubrirá que estos dos sentimientos son dos caras de la misma moneda. Así que tira la moneda y asegúrate de ponerla en tu bolsillo.
Hace 10 años fui rechazado por el comité de mi escuela para mi proyecto de ciencia durante mi sexto grado. El año siguiente estuve entre las dos únicas personas de mi escuela, cuyo proyecto fue seleccionado para la exposición.
¡El rechazo es genial!