Imagina esto.
Estás cenando con tu familia. La comida en sí misma, ni a su padre le importa, pero usted no dice nada que ofenda al cocinero (la madre).
Cuando tú y tu papá están solos, puedes decir lo que realmente te viene a la mente porque no hay razón para no hacerlo.
- ¿Cuál es la mejor manera de ayudar a alguien que parece estar pasando un mal momento durante una experiencia psicodélica? ¿Puedes realmente ‘hablar mal a alguien’?
- ¿Qué tan exactas son las primeras impresiones? ¿Estás dispuesto a publicar una foto de ti mismo y dejar que yo y otros compartamos nuestras opiniones? Luego, puede comentar nuevamente y hacernos saber cuán cerca estamos.
- ¿Cómo puedo estar tranquilo?
- ¿Qué haces después del sexo sin que sea incómodo?
- ¿Alguna vez has descubierto que alguien era un sociópata? Si es así, ¿qué les regaló?
Esta situación es el escenario opuesto al que se describe, pero están en juego esquemas sociales similares.
Tu colega en el trabajo es más amistoso cuando ustedes dos están solos.
Hay muchas razones plausibles por las que este no sería el caso en un entorno grupal.
# 1 Quieren parecer más dominantes. Si no logras defender tu punto, sales abajo.
# 2 Sienten la necesidad de estar “más cerca” de los demás en el grupo. Lo logran alejándote de la discusión, obligándote a discutir o sucumbir al silencio.
Esos son mis dos centavos.
Nunca lo sabrás realmente a menos que les preguntes.