La inteligencia emocional es vital para el éxito en la vida, en la mayoría de las áreas.
La inteligencia cognitiva nos ayuda a aprender hechos y actividades. La inteligencia emocional de ambos tipos nos ayuda a navegar por el mundo de las personas. Podemos tener un nivel de habilidad en nuestra “inteligencia emocional interna”: conocer nuestros propios sentimientos y reacciones, y ser capaces de usar nuestras emociones con prudencia. Podemos tener un nivel diferente de “inteligencia emocional externa”: saber cómo acercarnos a las personas, interactuar con ellas y trabajar junto con ellas para mantener relaciones sociales sanas y satisfactorias.