No “tocas” el viento, pero puedes sentirlo. No tienes que tocar un fuego para sentir su calor. Lo que estamos sintiendo es el efecto de sus átomos interactuando con nuestros átomos de una manera que hemos reconocido como “sentimiento”.
Los átomos de un objeto blando tienen cierta flexibilidad y puedes moverlos. Los objetos más duros tienen menos flexibilidad y son más difíciles de mover.