- Haga su tarea: asegúrese de entender su propio punto de vista.
- Defina los términos de la discusión: para ciertos argumentos es posible que necesite saber más que solo hechos.
- Desarrolle su razonamiento: tenga evidencias adecuadas para el mismo. Puede que los necesite durante la refutación.
- Mantenga la calma: psicológicamente, mantenga el puño abierto y no se comporte agresivamente.
- Trabaja en tu lenguaje corporal: practica tus gestos para causar una impresión impresionante en la otra persona.
- Sea un oyente paciente: escuche lo que la otra persona está tratando de cuestionar.
- Involucre a la persona: para esto puede ser un poco personal con evidencias de su vida y la suya.
- Gane la confianza de la persona: enfatice y relacione su punto de vista.
Asegúrese de que durante todo esto la otra persona esté sentada y usted esté de pie. Este es otro truco para permitir que la otra persona se comprometa al máximo.